LA ANOREXIA DESFILA DE NUEVO SOBRE LAS PASARELAS.

 El pasado 7 de diciembre se celebró en la ciudad china de Shangai el concurso anual de modelos de la prestigiosa agencia Elite, responsable del descubrimiento de anteriores reinas de los desfiles como Cindy Crawford, Naomi Campbell o la española Inés Sastre. La última ganadora del certamen es una joven sueca de quince años que responde al nombre de Julia Schneider y que, por lógica, su edad no le ha permitido desarrollarse al completo ni física ni mentalmente, presentando un aspecto desolador. Las cifras sobre las que se basa su triunfo son las siguientes: 1,79 m. de altura, 81 cm. de busto, 64 cm. de cintura, 86 cm. de cadera, un 42 de pie y una delgadez extrema cuya traducción a kilos no ha trascendido seguramente porque esta haría saltar las alarmas.  Tan esquelética adolescente,resultó elegida entre ochocientas jóvenes de cincuenta y cinco países diferentes y parece ser que le aguarda un prometedor futuro profesional a desarrollar en las pasarelas de medio mundo. Curiosamente, en la década de los noventa eran las curvas quienes predominaban y se admiraban. Sin embargo, cada vez esta peor visto tener esas curvas y seleccionan  únicamente a mujeres esqueléticas.





                  


La polémica desatada por el fallecimiento de dos modelos, una brasileña y otra uruguaya, a causa de esta enfermedad, fue determinante a la hora de asociar pasarela y anorexia. Así, desde que se dispararon las estadísticas de la enfermedad, los responsables del negocio decidieron hacer propósito de enmienda con el fin de eludir su parte de responsabilidad y en eventos como Cibeles o Gaudí prescindieron de aquellas profesionales que no poseyeran un índice adecuado de masa corporal. A pesar de esto, las promesas de corregir este problema se rompen una y otra vez, evitando de esta forma corregir esta grave enfermedad.  En breve, como viene siendo habitual año tras año, las principales revistas de moda adornarán los escaparates de los quioscos para ilustrarnos sobre las tendencias de la inminente temporada primavera-verano. Asimismo, nos remitirán por enésima vez a unos prototipos corporales situados a kilómetros luz de la salud, de la belleza y, sobre todo, de la realidad. Semejantes cánones que equiparan a las mujeres con maniquíes de cartón piedra parecen, más bien, obra de mentes distorsionadas y ni siquiera resultan aptos para lucir adecuadamente las creaciones de ningún diseñador.


Hemos de reconocer que , en general, la belleza, la estética y la moda hoy en día, mueven el mundo, pues es cierto que hasta a la hora de conseguir trabajo esto condiciona. Bajo nuestro punto de vista, no debemos guiarnos por las convenciones sociales ya que es posible que nos sintamos a gusto con nosotros mismos con nuestra belleza o nuestro físico, a pesar de que no sea el prototipo que la mayoría considera ideal. En algunos casos esto va más allá creando una obsesión puesto que hay personas que no se sienten bien con ellas mismas y adelgazan hasta llegar a ciertos límites, pero el control no predomina y se suele pasar la barrera hacia el desequilibrio, en este caso el desequilibrio alimenticio que a larga también supone un desequilibrio mental. Es por eso que nosotros nos planteamos lo siguiente: ¿ Realmente vale la pena arriesgar nuestra salud simplemente por llegar a tener el prototipo de cuerpo que la sociedad considera "ideal"?¿Realmente son felices todas esas modelos que están arriba de una pasarela, o simplemente esconden su tristeza detrás de su fama?

Piénsenlo, si cada uno está contento consigo mismo, nada ni nadie ha de cambiarnos.

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